- No revisar el nivel del líquido refrigerante.
- Mezclar marcas diferentes de refrigerantes.
- Usar aditivos que no son compatibles con el líquido refrigerante.
- Modificar la parte frontal del vehículo restringiendo el paso de aire hacia el radiador.
- No cambiar el lubricante por lo menos una vez al año.
- Usar líquidos refrigerantes de baja calidad.
- Tener fugas en el sistema.
- Cambiar el tipo de tapón del radiador.
- No cambiar mangueras dañadas, cuarteadas, rajadas, duras o muy suaves (esponjosas).
- No cambiar bandas dañadas.
- Limpiar las mangueras del radiador con diésel, aceite, gasolina o solventes.
- Usar mangueras de radiador que no sean originales.
- Quitar la tolva del radiador.
- Modificar (cerrar) las ranuras de ventilación en los motores enfriados por aire.
- El termostato se queda pegado o no abre.
- El embrague del ventilador es defectuoso o está dañado.
- El motor del ventilador no opera.
- La bomba de agua se encuentra dañada.